viernes, 27 de agosto de 2010

El suelo

El suelo es una mezcla de minerales, materia orgánica, bacterias, agua y aire.
Se forma por la acción de la temperatura, el agua, el viento, los animales y las plantas sobre las rocas. Estos factores descomponen las rocas en partículas muy finas y así forman el suelo; ¡la formación de dos centímetros de suelo tarda siglos!
Existen muchas clases de suelo. Esto se debe a que las rocas, el clima, la vegetación varían de un sitio a otro.

El suelo se compone de tres capas:
  • Suelo o capa superior
  • Subsuelo
  • Roca madre
La capa superior: es la de mayor importancia para el hombre. Esta capa contiene los alimentos que la planta necesita. Sin la capa superior o suelo no podría existir la vida. Es de color más oscuro porque tiene materia orgánica que son hojas, tallos y raíces descompuestas. La fertilidad del suelo depende de esta capa. Los agricultores que conservan el suelo tienen mejores cosechas.
El subsuelo: está debajo de la capa superior. Este contiene alimentos, pero en una forma que las plantas no pueden usarlos fácilmente.
La roca madre: está debajo del subsuelo. Es una capa de piedra de la cual la planta no puede tomar el alimento. Esta es la que da origen al suelo.

TEXTURA Y ESTRUCTURA DEL SUELO

Textura: La textura está determinada por el tamaño de las partículas que lo forman. Hay tres tipos de textura: arenosa, mimosa y arcillosa.
Estructura: Las partículas del suelo son de formas irregulares y dibujan entre ellas pequeños espacios llamados poros. Los poros contienen agua o aire. El suelo es permeable cuando el agua se infiltra con facilidad a través de sus partículas.
El suelo más conveniente es aquel que tiene poros grandes que permiten la filtración de la lluvia, buena aireación y drenaje más fuerte. Los poros chicos aseguran mayor retención del agua.

El suelo está formado por fragmentos de roca y por material orgánico con distintos grados de descomposición. La mayor riqueza de materia orgánica está en las capas más externas. Cuanta más materia orgánica posean (humus) y los más gruesos en esa capa superficial, mejor será la calidad de los suelos, indispensables para la producción agropecuaria. En esta actividad, los suelos cumplen una doble función: como soporte de las raíces de las plantas y como medio químico para su proceso alimenticio, del cual obtienen las sustancias nutritivas. Estos suelos de calidad se hallan por lo general en los valles y llanuras de clima húmedo.

Los suelos aluviales son los que están integrados por la acumulación de materia que llevan los ríos. Son muy fértiles, sobre todo en las áreas tropicales, pues no están “lavados” por las lluvias. En las zonas tropicales con estación seca hay abundancia de suelos lateríticos, formados por óxido de hierro, lo que les otorga un color rojizo. Son suelos duros de escasa fertilidad, pero son utilizados para la minería.
Según la naturaleza de sus sales, los suelos pueden ser, alcalinos o ácidos, El pH varía con el clima. Por su estructura se clasifican en arenosos, limosos y arcillosos.

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