viernes, 20 de agosto de 2010

AGROQUÍMICOS Y FUMIGACIONES LA MUERTE, DE LOS CAMPASINOS EN CHIAPAS

 El Instituto Nacional de Estadísticas Geografía e Informática (INEGI) informó que la


población rural de Chiapas ha disminuido del 76.9% al 54.3%. Y es que la situación en

el campo chiapaneco no es para menos. El maíz natural ha disminuido y a su vez ha

aumentado la importación de maíz patentado proveniente de los Estados Unidos. Las

empresas no compran a los indígenas y campesinos a menos que siembren las marcas de

las grandes trasnacionales. El gobierno federal y el estatal les insisten que ya no

siembren maíz. También los monocultivos han aumentado y con ello el desplazamiento

de la población rural. La crisis del campo se va agudizando aceleradamente y con ello la

migración. Los militares y paramilitares siguen a la par que los desplazados.

Paralelamente el desplazamiento de comunidades indígenas de Montes Azules continúa

su cauce. En medio de toda esta guerra contra el campo se distingue la guerra de los

agroquímicos de Monsanto y Syngenta, los monstruos corporativos de los

agroquímicos y las semillas, que se han beneficiado de los programas del gobierno

estatal y sus secretarías gubernamentales como la de "Desarrollo Rural" para distribuir

sus tóxicos en el campo, además del beneficio que obtienen de la reciente aprobada ley

de Bioseguridad -o Ley Monsanto-.

Transgénicos, monocultivos y agroquímicos son otros tres flagelos que atacan a la

población indígena y campesina. Pero no siendo esto suficiente el banco BBVBancomer

se suma a estrangular a los indígenas eliminando las cuentas bancarias de

Enlace Civil A.C., organismo que recibe el apoyo financiero nacional e internacional

para apoyar la producción orgánica, la salud, la educación y un mejor futuro para las

comunidades indígenas.

En la Zona Norte.

Hace un año, en el mes de julio de 2004 en el municipio de Sabanilla, en la Zona Norte

del Chiapas, Mateo Vázquez Juárez decidió quitarse la vida. Tomó el agroquímico

Gramoxone a los 90 años de edad. En esos mismos días Pascual Martínez de 80 años

de edad del Rancho Vergel tomó el agroquímico Foley que le provocó la muerte. Otros

decidieron usar otra vía para quitarse la vida y prefirieron ahorcarse, que fueron los

casos de Domingo de 40 años de edad y Braulio que tenía 42 años. La gente dice que se

quitaron la vida "porque están tristes", que "la pobreza es dura y ya no se ve la salida".

Hoy, otra joven de 15 años de la misma región lucha por salvar su vida y su cuerpo

enfermo de leucemia. Gracias a la solidaridad internacional y nacional -no al gobierno

de Fox ni de Salazar Mendiguchía, sino más bien a pesar de ellos- va y viene a los

hospitales de Tuxtla Gutiérrez en medio de tratos con despotismo, racismo, indiferencia

e intolerancia por el personal médico, ya que no sabe bien el español y menos su madre

que la acompaña semana a semana. Sin embargo, el gobierno afirma que, de entrar al

esquema pre-privatizado del "Seguro Popular de Salud", la cara del personal de salud

cambiaría inmediatamente por una cara amable y los medicamentos necesarios caerían

como la lluvia de estos meses. Pero la realidad es otra. La joven lucha por salvar su vida

en medio de todas las presiones para que los indígenas dejen de existir en el campo.

Las fumigaciones de MOSCAMED

En el mes de mayo del 2005 alrededor de 40 comunidades de los municipios fronterizos

de Las Margaritas, La Independencia, La Trinitaria y Ocosingo realizaron una asamblea

para hacer un diagnóstico sobre los efectos que conllevan las fumigaciones del

programa binacional México-Estados Unidos en la frontera denominada Moscamed

(Mosca del Mediterráneo y del Gusano Barrenador del Ganado). En una carta fechada el

26 de mayo y dirigida al presidente Vicente Fox, al gobernador del Estado de Chiapas

Pablo Salazar Mendiguchía, al presidente de Guatemala y al gobernador del

Departamento de Huehuetenango, las comunidades comparten su diagnóstico. Cabe

señalar que en este departamento fronterizo de Guatemala recientemente se han

registrado movilizaciones sociales en contra de los proyectos de minería y el Tratado de

Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica. La respuesta gubernamental se

ha acompañado de amenazas a líderes sociales, represión e incluso el asesinato de un

campesino. También en este departamento de Huehuetenango sufren las consecuencias

de las fumigaciones de Moscamed.

En la denuncia las 40 comunidades manifiestan que: "Desde hace nueve años venimos

sufriendo las consecuencias de las fumigaciones y sobrevuelos que realiza Moscamed

en nuestras tierras para supuestamente combatir la mosca del mediterráneo y el gusano

barrenador. Primero, los sobrevuelos de aviones y helicópteros salían de la comunidad

Egipto, municipio de las Margaritas; pero como muchos de estos empleados del

gobierno fueron enfrentados por las comunidades, ahora se han trasladado al

Departamento de Huehuetenango, Guatemala, y en la madrugada siguen fumigando y

tirando animales en bolsas. Las comunidades no hemos obtenido ningún beneficio, sino

que más bien múltiples afectaciones a la población." Entre las denuncias están:

1. La fumigación ha contaminado muchas plantas, platanares, cafetales (ya

inservibles), toda clase de hortalizas y potreros. La fumigación que ahora

realizan entre 3 y 4 de la madrugada con malatión y aventando animales raros,

ha generado el envenenamiento de las comunidades.

2. Han aumentado las plagas en toda la región.

3. Las hortalizas y ninguna verdura se pueden consumir ya que se enferman los

niños.

4. Los frijolares se han marchitado al igual que los pastizales afectando a nuestro

ganado vacuno y equino que se está muriendo.

5. Durante los sobrevuelos de aviones y helicópteros arrojan ratas y serpientes

parecidas a la nauyaca y de especies desconocidas que afectan al campo y la

seguridad de los pobladores. Las ratas devoran rápidamente los maizales y los

murciélagos se chupan la sangre de los caballos y vacas que en poco tiempo se

mueren.

6. Han destruido las actividades apícolas.

7. La plaga del colmoyote (es una especie de gusano) ha infestado las vacas y

caballos de todas las comunidades y sus productos e incluso se han enquistado

en niños y personas adultas con consecuencias graves para la salud. La presencia

del gusano en los productos agropecuarios nos impide vender nuestros productos

afectando la economía de comunidades enteras.

8. Se ha contaminado el agua y las enfermedades como tuberculosis, cáncer y

diabetes son ahora más frecuentes entre toda la población.

9. En general han aumentado la población de murciélagos, alacranes, babosas,

moscos y toda clase de zancudos.

Los representantes de las comunidades están claros en su demanda: "Por estas razones

las miles de personas de las comunidades fronterizas en Chiapas, México, le exigimos al

gobierno de México, al gobernador Pablo Salazar y a los gobiernos de Guatemala, la

suspensión inmediata y definitiva de las acciones de Moscamed tanto aéreas y terrestres.

Exigimos el desmantelamiento de la oficina de Moscamed de la ranchería el Egipto

Municipio de la Trinitaria Chiapas. En caso que no nos hagan caso las autoridades, nos

veremos en la necesidad de tomar otras medidas, por eso es que los estamos

denunciando todo lo que estamos sufriendo."

El caso del Soconusco.

En la región fronteriza sur de Chiapas ya hay antecedentes. Desde el 29 de septiembre

de 2002 la revista Milenio Semanal difundía una investigación de Otilia López en la

región del Soconusco, Chiapas, bajo el título de "Las muertes silenciosas". En ella

escribía: "la vida parece valer menos que el mango, los plátanos, la soya y muchos otros

cultivos azotados por las plagas. La mayoría de la población sabe bien lo que es la

leucemia porque la ha tenido cerca. Ya hace tiempo que se relaciona al cáncer con

pesticidas, pero las enfermedades y la despreocupación gubernamental están a la orden

del día."

En la región rica y productiva de Tapachula, frontera con Guatemala, donde se cultiva

café y muchos árboles frutales, el gobierno de Chiapas decidió impulsar las plantaciones

de monocultivos de palma africana o palma aceitera, totalmente destructivos al medio

ambiente, altamente contaminantes por los deshechos de sus plantas procesadoras y por

la cantidad de agroquímicos que usan, además de insustentables económicamente para

la población campesina.

López describió cómo "Las avionetas de Juan Antonio Márquez cargan y despegan.

Aterrizan y vuelven a cargar. Primero el agua, luego el químico. El suelo está mojado y

los trabajadores van y vienen del tanque azul a la avioneta y de ésta al tanque. Ninguno

lleva cubierta la boca ni las manos. Un joven con playera roja toma café. Por 100 pesos

fumigan una hectárea y como mínimo tienen que ser 50. El cliente lleva el agroquímico

que desee. No hay restricciones." Por lo general se usa el malatión para las

fumigaciones y tampoco usan las mascarillas de protección.

La investigadora narró cómo "Al lado del aeródromo está el Rancho San Francisco. Ahí

vive Margarita con sus dos perros y ocho pollos, que encierra cuando fumigan. Ella

continúa a la intemperie. Un poco más adelante, en el Kilómetro 33 de la carretera

Tapachula-Ciudad Hidalgo, dos trabajadores se acercan. Marco Antonio es burro o

jalador, porque jala los racimos; Edgar, saneador: quita las hojas malas. A lo lejos un

sujeto sostiene una bandera. Es la referencia para el piloto que fumiga. El avión lo

sobrevuela decenas de veces. Bajo el avión sólo los plátanos están protegidos con

plásticos azules. Unas 50 personas están trabajando en la plantación, es decir ´debajo

del avión´. ´La mayoría ha tenido que ser llevada al médico´, señala Marco Antonio,

hondureño de 21 años, quien trabaja en el campo desde niño." Y esta es una de las

razones por las cuales en las regiones campesinas e indígenas su población padece de

altos índices de cáncer a costa del desarrollo de la agroexportación que poco beneficia a

los campesinos y mucho al mercado del norte.

Edgar, que lleva tres años trabajando el campo comentó que "Casi aquí vivimos, aquí

comemos. Dicen cuándo va a haber fumigación, pero nada de tápense, cuídense, no

coman ahí. Esto nos quema y mancha la piel, raspa la garganta y cuando pasa ahí

arribita los ojos arden". Según Otilia López la ley sobre actividades agrícolas y uso de

insumos fitosanitarios o plaguicidas (NOM-003-STPS-1999) estipula que "en la

aplicación por vía aérea se debe prever que no se encuentren personas en las zonas de

aplicación y áreas aledañas, a excepción del banderero, el cual debe usar al menos el

siguiente equipo de protección personal: sombrero impermeable, guantes impermeables,

ropa de manga larga, botas impermeables, protección ocular (goggles), mascarilla de

protección respiratoria de acuerdo al tipo de producto que se esté aplicando".

Sin embargo la vida sigue como si nada. Los niños y las niñas bañándose en el río

contaminado. Las mujeres lavando la ropa o acarreando agua. Otilia lo narra: "Pasa el

avión. Lluvia blanquiazul y pegajosa. Huele muy fuerte. Durante estos diez minutos,

bajo la lluvia del plaguicida, habrán pasado unas 15 personas en bicicleta. Pasa un

hombre. -¡Señor! -se le grita-, ¿no le da miedo pasar por debajo del avión? -Sí, ya nos lo

han dicho los médicos -afirma acercándose a la camioneta, casi blanca ya de las gotitas-.

Y se nos acaba de morir de leucemia una niña de 13 años. Y otra señora tiene la misma

enfermedad y cada dos meses va a México. Guillermo García, el tío de Bianca, cuenta

que hace casi un año de su muerte. "Le prohibieron vivir aquí, pero...", narra el padre,

Abel Bosel, dedicado a la compra-venta de los pequeños plátanos llamados "manzanita"

o "meñique". Abel cuenta que "Con la misma enfermedad de mi hija hay muchísimos

niños en el Hospital de Tapachula, en hematología. Y es una enfermedad bien cara.

Estuvimos un año luchando y nos gastamos 160 mil pesos. Nadie nos orienta, ¿y yo qué

voy a hacer si no sé ni leer?".

Andrés Gerardo, médico y ex presidente municipal de Mazatán (1996-1998), recordó

las primeras fumigaciones en este municipio, en las que participó siendo niño en 1957.

No imaginó que a lo largo de su experiencia médica atendería a más de 30 pacientes con

cáncer en Mazatán y que en temporada de siembra tendría que curar diario a un vecino

por intoxicación. Quizá tampoco sabía que sería doctor ni que en esta zona el cáncer se

convertiría en la tercera o cuarta causa de mortalidad, como piensa hoy. Y es que "Los

canales de riego son constantemente contaminados con la fumigación aérea", según

cuenta la investigadora. "Desde la Sierra, donde se concentra el café, bajan los ríos

todos esos compuestos, muchos altamente residuales. El químico perdura en los mantos

freáticos, los utensilios y la ropa. Además de los agroquímicos están los plaguicidas

para frenar enfermedades endémicas como dengue y paludismo. El malatión, por

ejemplo, es usado por el gobierno estatal para combatir esas afecciones, pero algunos

países lo han utilizado con fines bélicos por sus efectos neurotóxicos agudos y tardíos.

Produce vómitos, calambres, edema pulmonar y, a veces, la muerte."

Según el Diagnóstico de Salud Ambiental de agosto de 2001 existían entonces en toda

la región 53 establecimientos que comercializan plaguicidas que hoy se han

multiplicado con la entrada más fuerte de Monsanto al mercado chiapaneco, y 24

aeródromos para la fumigación. El informe contabiliza en la región del Soconusco 75

intoxicados entre 1997 y 2001. Según López esos intoxicados se curan en casa, "porque

son muchos, por lo menos en Mazatán", dice el doctor Gerardo, y se atreve a decir que

"si no la mitad, por lo menos 40 por ciento no va al médico".

En una entrevista realizada a la doctora en Ciencias Agrícolas y especializada en

parasitología agrícola, Erika Pinzón, confirma que "hace tres años su hija mayor murió

de leucemia. "Ésta es una zona muy castigada, sin control y lo confirma que Chiapas sea

uno de los cinco primeros estados más contaminados del país", afirmó. Su hija fue

internada en el hospital del Centro Médico Nacional Siglo XXI por anemia plástica. Ahí

se enteró que son chiapanecos los que presentan los casos más extraños de cáncer y que

son rechazados como donantes quienes han residido los dos últimos años en el estado ya

que es considerado zona de alto riesgo por las enfermedades endémicas y la

contaminación.

"Se usan productos altamente residuales como el malatión y paraquat, por ignorancia

del técnico y por voracidad de los distribuidores, ¿pero cómo es posible que la

Secretaría de Salud siga usándolo?", se pregunta. También el DDT, químico

bioacumulable y altamente riesgoso para la salud "Se vende y todos lo sabemos -

comenta Andrés Gerardo-. Tiene que cumplirse la ley. Los campesinos compran (el

herbicida) en Guatemala porque es más barato y hay menos control. Y Al policía

fronterizo se le compra o se pasa por debajo del puente." Según las investigaciones de

Otilia López en la frontera de Ciudad Hidalgo con Guatemala, Octavio Gastelu,

inspector fiscal y aduanero, aseguró que el malatión y el gramoxón sí pasan, sólo de 1 a

4 litros, "pero es un acuerdo bajo el agua que tenemos, porque antes no dejábamos, pero

ahora sí". Mientras, en la oficina de Inspección Fiscal y Aduanera el encargado de turno

responde que no se han confiscado agroquímicos y que el último embargo de un

herbicida había sido tres meses antes.

En la región de Tapachula los productores de soya no sólo inundan sus sembradíos con

agroquímicos de Monsanto como la marca Faena, sino que ahora la trasnacional ha

logrado el permiso de siembra de miles de hectáreas de su soya transgénica, lo que

producirá más contaminación del suelo, más agroquímicos y desempleo una vez que los

productores locales no puedan competir con la trasnacional. En esta región también la

gente se suicida bebiendo el agroquímico gramoxone.

La investigadora confirma que Confederación Obrero Campesina del Soconusco

(COCES) ha apoyado con denuncias a las familias de algunos niños intoxicados. Y

cuenta: "El 28 de enero de 2001, en un encuentro intercolegial deportivo de

telesecundarias, ´once muchachos cayeron como moscas´, relata el director de la escuela

del Ejido Aquiles Serdán, número 025. "La primera en caer fue Marisela Cruz, que jugó

fútbol. El médico de Mazatán dijo que era por exceso de esfuerzo, pero luego fueron

cayendo uno a uno". Luego, otro caso grave: "Ocurrió en el Ejido Adolfo Ruiz Cortines

y siete fueron hospitalizados. "Órganos fosforados", dictaminaron los médicos de la

jurisdicción sanitaria. Extrañamente, Ángel René Estrada Arévalo, secretario de Salud

en Chiapas, comentó que no hubo intoxicación y que sólo se trataba de anemia." El

director de la escuela confirmó que "Después de un año continuaban así de repente se

quedaban blancos o tenían ansiedad respiratoria." Luego de todos estos casos la gente

dejó de beber el agua del pozo y comenzó a comprar agua de garrafón que venden las

empresas.

El oncólogo Raúl Cano Castellanos, del Centro de Cancerología de Tapachula, alertó en

declaraciones a la prensa que el uso y abuso de agroquímicos en la región del

Soconusco mantiene en riesgo de contraer algún tipo de cáncer a más de 75 mil

habitantes de 16 municipios. Y que el cáncer cérvico-uterino se ha convertido en la

principal causa de muerte en las mujeres. Otilia López también encontró en sus

indagaciones que en 1976, el doctor Pérez Esquivel, pediatra del Hospital Regional de

Tapachula, se topó con 20 pacientes en la sala de pediatría, de los cuales 16 tenían al

menos una malformación congénita. Esto lo que lo llevó a hacer un estudio más preciso

sobre este problema en el hospital y encontró que de 108 casos, el principal factor

predisponente es la relación con fumigantes y pesticidas (un 25.9% de los casos). "Es

grave lo que sucede -comentó-. Creo que Tapachula rebasa con creces el índice mundial

de los hospitalizados por intoxicación de agroquímicos, que es de 3 por ciento". Por su

lado el oncólogo Francisco Gutiérrez Delgado, miembro del Sistema Nacional de

Investigación, afirmó en su momento que "Si hay relación directa entre exposición a

agroquímicos y desarrollo de leucemias, pero en México solamente lo intuimos porque

no tenemos cifras o estudios que lo respalden". Sin embargo se relacionan las leucemias

y anemias aplásticas en un 70 u 80% de los casos con el antecedente del agroquímico.

Otro caso alarmante: "Aquí había una niña como de 13 años. Estaba blanca, blanca...

por lo visto durmió toda la noche absorbiendo lo que usaba su papá para conservar el

maíz". Habla la esposa de Ariel Alfonso Gómez. Está sentada de espaldas a la ventana y

pegada a Ariel. Él padece leucemia aguda mieloglástica. Durante tres años fumigó los

cultivos de café de su padre situados por el 20 de Noviembre (herbamina, rival -

también de Monsanto-, paraquat, gramoxone...). Hoy está en el hospital de Tapachula.

Las cosas llegaron a tal grado que el 13 de marzo de 2001 tuvo lugar un recorrido del

Comité Estatal para el Manejo y Uso de Plaguicidas, Fertilizantes y Sustancias Tóxicas

(COESPLAFEST) del que resultó un informe sobre una pista de aviones fumigadores,

la del Ejido Marte R. Gómez. Firmó la Secretaría de Salud, la SAGARPA, la

Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Pesca y el

Ayuntamiento Municipal de Mazatán. Durante el recorrido se observó que el personal

encargado del manejo no contaba con el equipo de protección adecuado; que al término

de cada aplicación del día, las aeronaves se lavan depositando las aguas residuales en un

canal, el cual no cuenta con una trampa para sólidos, quedando las aguas a la intemperie

y destinándose finalmente al afluente del río Ortiz, que desemboca en la zona estuaria.

Otilia López fue entonces a solicitar la información oficial. "Tras ocho días de estar

solicitando el Registro Nacional de Cáncer a la Dirección General de Epidemiología, o

las estadísticas de mortalidad en la región de Soconusco, sólo se han conseguido las

estadísticas de morbilidad en México, de 1990 a 2001. Al solicitar información a

Comunicación Social del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) sobre la

incidencia de enfermos chiapanecos, especialmente del Soconusco, en el Centro Médico

Siglo XXI, la respuesta fue la siguiente: no hay incidencia." Sin embargo a partir de

1989, el cáncer apareció como la segunda causa de muerte del país. Ese año hubo 40 mil

628 defunciones (48.2 por 100 mil habitantes), siendo los casos más frecuentes los de

cáncer de pulmón, de estómago y cuello uterino. Desde entonces el cáncer es

responsable de 12% de todas las defunciones que se registran en el país (datos del

Instituto Nacional de Cancerología). Los más altos índices de cáncer y leucemia se dan

en Veracruz, Michoacán, Coahuila, Nuevo León y Chiapas, cuya principal actividad de

la población es agrícola y ganadera. Unas 2 mil 900 personas sufrieron intoxicación por

plaguicidas y que acudieron al hospital en el país en 2001 según datos de la Secretaría

de Salud.

Las Alternativas

Ojalá algún día las autoridades y partidos políticos en el Congreso de la Unión tuvieran

el valor de enfrentarse a las grandes corporaciones trasnacionales que controlan el

monopolio de los agroquímicos. Es necesario evitar legalmente su uso con fines

médicos, agropecuarios y veterinarios. Sobre todo de aquellos que ya están prohibidos

en otros países que incluso los producen. Lamentablemente, como el caso de la recién

aprobada Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, mejor

conocida como la "Ley Monsanto", ha sido más fuerte la presión y el poder económico

de las trasnacionales que el sentido común de los legisladores y su sensibilidad para

aprobar leyes a favor del pueblo mexicano. Esta cerrazón del gobierno y la ambición de

ganancia de las trasnacionales no está dejando mucho espacio a las salidas pacíficas y

democráticas. O qué, ¿será necesario que la gente vuelva a tomar las oficinas de

Moscamed?, ¿qué nuevamente quemen los vehículos o que derriben avionetas para

evitar las fumigaciones como le hicieron en Guatemala? ¿O será necesario correr a las

trasnacionales a la fuerza o al estilo de quema de plantíos de cultivos de transgénicos de

Monsanto como en Brasil? Luego dicen que la violencia es del pueblo.

Pero antes podremos obtener más información y sumarnos a las campañas que lleva a

cabo la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en América Latina (RAP-AL).

Para ello se puede tomar contacto con Fernando Bejarano González, Coordinador de la

Subregión de Mesoamérica y el Caribe de RAP-AL, rapam@prodigy.net.mx Tel (595)

95 4 77 44.

De cualquier forma, no podemos esperar a que el cambio llegue desde arriba. Los

consumidores debemos parar el consumo de los agroquímicos y buscar alternativas

sustentables social y ecológicamente. Ojalá que gobiernos, municipios e incluso las

Juntas de Buen Gobierno zapatistas, pudieran declararse oficialmente "territorio

liberado de agroquímicos". Las guerras se ganan en el campo ... de batalla. Pasaron las

leyes, pero en las tierras no pasarán.

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