viernes, 20 de agosto de 2010

SYNGENTA, LA TRASNACIONAL DE LA CONTAMINACIÓN AGROQUIMICA

La contaminación de la tierra y el agua en Chiapas por el uso de tanto agroquímico es


alarmante. Los índices de cáncer y enfermedades en las comunidades indígenas y

campesinas van en aumento.(1) Algunos ríos presentan ya índices graves de

contaminación causados por las plantaciones de monocultivos (hule, palma africana,

eucalipto, etc.) o por los ingenios azucareros. Esta contaminación se agrava más con la

que se acumula en las presas de la entidad. Ante esta situación, muchas comunidades de

Chiapas de la región Selva, Norte, Altos y Fronteriza se han sumado a las campañas

contra el consumo de agroquímicos e iniciado la búsqueda de alternativas orgánicas.

Mientras tanto, las corporaciones trasnacionales más grandes del mundo no sólo

invaden el campo chiapaneco sino todo el país. Un estudio realizado por Greenpeace

sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes en México ofrece los siguientes datos:

"Se han encontrado residuos de DDT y sus metabolitos en huevo, leche, queso,

mantequilla y crema en la región de la Comarca Lagunera (1975, 1981 y 1987), Ciudad

de México (1978 y 1981) y en el Soconusco, Chiapas (1990 y 1988). También se ha

detectado DDT y sus metabolitos en tejido adiposo de abdomen y mama en Torreón,

Coahuila, Ciudad de México, Puebla, Ciudad Juárez y Veracruz, de 1975 a 1995. En un

estudio realizado a niños de cuatro a cinco años que viven en el Valle del Yaqui, los

niños cuyas madres presentaron presencia de aldrín, endrín, dieldrín, heptacloro y DDT

en leche materna y sangre del cordón umbilical también presentaron una disminución de

la coordinación, memoria reducida e inferioridad en pruebas físicas, en comparación

con los niños menos expuestos". Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud

(OMS) ha informado tiempo atrás que las mujeres mexicanas son las que tienen en la

leche materna mayores niveles de DDT a nivel mundial.

Sin embargo en el país se continúan comercializando agroquímicos que incluso están

prohibidos en los países desde donde se producen. Entre los plaguicidas prohibidos en

otros países y autorizados en México están: Alaclor, aldicarb, azinfos metílico, captafol,

carbarilo, captan, clordano, DDT, dicofol, diurno, endosulfán, forato, fosfamidón,

kadetrina, lindano, linuron, maneb, metidatión, metamidofos, metoxicloro, mevinfos,

monocrotofos, ometoato, oxyfluorfen, paraquat, paratíon metílico, pentaclorofenol,

quintoceno, sulprofos, triazofos, tridemorf, vamidothion, 2-4-D. Al iniciar este nuevo

siglo, las ventas de agroquímico por región en el año 2000 fueron: Asia/Pacífico 25.4%;

América Latina 12.8%; Norte América 29.6%; Europa Occidental 21.9% y el resto del

mundo 10.3%. En este mismo año la venta de agroquímicos fue el siguiente: herbicidas

47.1%; insecticidas 28.9%; fungicidas 18.0%; y otros el 6.0%.

¿QUÉ ES EL PARAQUAT, MALATIÓN Y EL GRAMOXONE?

Entre los productos y marcas más comerciales en Chiapas está el Malatión, Gramoxone,

Paraquat, Foley, Herbipol, Rival, Ranger, Faena, entre otras muchas. Dichas marcas

comerciales están principalmente en manos de las trasnacionales Syngenta y Monsanto

que tiene la patente del glifosato contenido en todos sus productos y que es altamente

tóxico.

Según Ryan Zinn miembro de la Asociación de Consumidores Orgánicos con sede en

los Estados Unidos(2) el Malatión fue comercializado a partir de 1956 por la American

Cyanamid Co. (que fue comprado por la American Home Products Corporation, ahora

conocido como Wyeth Holdings Corporation). Ya que su patente se venció hace tiempo,

el malatión tiene alrededor de 342 empresas que ya la producen o formulan, con más de

1200 formulas en el mercado (1997).(3) El malatión es usado ampliamente en las

fumigaciones agrícolas en Chiapas.

Syngenta es la empresa más grande del mundo de agroquímicos. También es la tercera

más grande de transgénicos y compite de cerca con Monsanto, Dow y DuPont que

comercializa semillas patentadas de maíz en Chiapas con la ayuda del gobierno.

Además Syngenta es la tercera trasnacional más grande de semillas. Syngenta tiene

más de 20,000 mil empleados en 20 países y sus ventas anuales rebasan los 6 mil

millones de dólares en el 2003. Syngenta se formó de la fusión de Norvartis (Suiza) y

Zeneca (Gran Bretaña). Norvartis fue hija de la fusión de Ciba-Geigy y Sandoz en 1996,

en su momento, la fusión corporativa más grande en la historia. Hoy, Syngenta tiene la

patente de más de 120 plaguicidas y tiene más de 20 de las marcas (como Gramoxone)

más ‘populares’ del mundo, según Ryan Zinn.

Syngenta comercializa bajo el nombre de Gramoxone su ingrediente activo llamado

Paraquat. Para entender más lo nocivo de este producto que tanto se usa en el campo,

no tiene desperdicio el prólogo a la segunda edición del folleto sobre Paraquat, el

controvertido herbicida de Syngenta, que ha elaborado Fernando Bejarano de la Red de

Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM)(4) que a

continuación reproducimos y que también agradecemos nos comparta.

Según el especialista Fernando Bejarano, anualmente Syngenta vende cerca de mil

millones de dólares de paraquat, equivalentes a 25 mil toneladas. Para darnos una idea

en proporción, esto equivaldría en un día al salario de 500 mil millones de personas que

en el mundo viven en pobreza ganando 2 dólares diarios. Bejarano confirma que: "Por

lo menos el 77% de las ventas mundiales de paraquat se realizan en los países en

desarrollo, particularmente en Asia y Latinoamérica. En Latinoamérica, los principales

países consumidores de este herbicida son Brasil, México y Colombia. El paraquat se

usa en más de 50 cultivos diferentes, en más de 120 países, envenenando a los

trabajadores de las plantaciones de plátano, café, cacao, azúcar, aceite de palma y

muchos otros cultivos, tanto América Latina, Asia y África, como en naciones de la

Unión Europea, como es el caso de Francia, España y Portugal."

En Estados Unidos ya se restringe la venta y uso del paraquat. En la Unión Europea se

propone prohibirlo incluso para la jardinería de aficionados o profesionales. En

Alemania sólo se puede aplicar "una vez cada cuatro años en los cultivos de maíz y

remolacha, y en invernaderos forestales, además de tener también limitaciones en para

su uso en los viñedos". Por su lado la campaña de RAP-Chile llevó a que se prohibiera

su fumigación en el 2001 en ese país. En Colombia también se prohibió su fumigación

"en el combate a los cultivos ilícitos, práctica que sí continúa en países como México,

para combatir los cultivos de marihuana y amapola", según lo confirma Fernando

Bejarano.

Por los efectos a la salud humana, "el paraquat requiere un equipo de protección

completo que proteja la piel, la cara y las manos del contacto con el herbicida; sin

embargo este tipo de equipo es utilizado muy pocas veces, especialmente en climas

tropicales, con altas temperaturas". Para Bejarano los gobiernos deberían cumplir con lo

señalado en la versión revisada del Código Internacional de Conducta para la

Distribución y Utilización de Plaguicidas de la FAO, que indica en su artículo. 3.5 que

"deberían evitarse los plaguicidas cuya manipulación y aplicación exijan el empleo de

equipo de protección general incómodo, costoso o difícil de conseguir, especialmente

cuando los plaguicidas han de utilizarse en climas tropicales y por usuarios en pequeña

escala." De manera similar, el artículo 7.5 del Código establece que "puede ser

conveniente prohibir la importación, compra y venta de un producto sumamente tóxico

y peligroso, en caso de que las medidas de control o comercialización no basten para

asegurar que el producto pueda manipularse con un nivel aceptable de riesgo para el

usuario."

Según Bejarano, Coordinador de la Subregión de Mesoamérica y el Caribe de la Red de

Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en América Latina (RAP-AL), los gobiernos

centroamericanos firmaron en el año 2000 el Acuerdo número 9 de la XVI Reunión del

Sector Salud de Centroamérica y República Dominicana (RESSCAD), donde se

comprometen a restringir el uso de 12 plaguicidas "responsables del mayor número de

intoxicaciones y muertes en la región, incluido el paraquat". Sin embargo, no se

cumple. "En Nicaragua, 1.500 trabajadores del ingenio azucarero San Antonio que

padecen insuficiencia renal crónica provocada por la exposición al paraquat, se

manifestaron en julio de 2003 contra el veto presidencial a la ley 456 ("Ley de adición

de riesgos y enfermedades profesionales a la ley 185, del Código del Trabajo), que

había sido aprobada por el Congreso".

"Como parte de su campaña internacional de relaciones públicas y cabildeo para lavar la

imagen de su herbicida, Syngenta promovió la realización de un estudio que falsamente

apareció como "independiente" con el nombre de "Paraquat: un colaborador único para

la agricultura y el desarrollo sustentable", escrito por Prasanna Srinivasan, y publicitado

por la página electrónica del Instituto Marshall, de Estados Unidos, un centro

conservador para el cabildeo, que recibe dinero de corporaciones como Enron y que ha

publicado varios artículos a favor del paraquat, en contra del principio precautorio, y

cuya actividad principal en los últimos años ha sido el cabildeo contra el Protocolo de

Kyoto, minimizando los efectos del cambio climático." Bejarano denuncia que

Syngenta ha promovido la presentación de este libro en varios países para lavar su

imagen y presentar al paraquat como benigno para el medio ambiente y la salud

humana. "En Costa Rica, la presentación de este libro recibió la dura crítica de los

investigadores del Instituto Regional de Estudios de Sustancias Tóxicas (IRET), de

universidades estatales (UNA y UNED), y de RAP-AL, por pretender presentar con

sustento científico lo que no es sino una campaña propagandística, pues solo toma en

cuenta algunas opiniones de personas con intereses en el uso y venta de paraquat o que

tienen convenios de "capacitación" con Syngenta, pero nunca menciona, por ejemplo,

los estudios científicos que por muchos años han realizado científicos como la Dra.

Catherine Wesseling del IRET sobre los verdaderos impactos del paraquat en la salud

y el ambiente."

Pese a que en Suecia, Dinamarca, Finlandia y Austria está prohibido el uso del

paraquat, Syngenta logró que el Comité Permanente sobre la Cadena Alimentaria y la

Salud Animal de la Comisión Europea lo incluyera en la directiva de autorización de

plaguicidas de la Unión Europea, en diciembre del 2003. Esto ha encontrado una fuerte

oposición del gobierno sueco y una coalición de seis organizaciones ciudadanas, entre

ellas el Pesticide Action Network (PAN) de Europa y la Unión Internacional de

Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines

(UITA). Según Bejarano en agosto del 2005 se sumarían a la demanda los gobiernos de

Austria, Finlandia y Dinamarca. El Coordinador de RAP-AL confirma que "Una de las

evidencias ignoradas por el Informe del Comité de Revisión del Paraquat que sirvió

de base para que se tomara la decisión de permitir su venta en la Unión Europea fueron

los estudios que indican que el uso crónico del paraquat está relacionado con la

enfermedad de Parkinson. Esta es una enfermedad muy severa del sistema nervioso y

se manifiesta con temblor, rigidez y pobreza de los movimientos espontáneos; resulta de

la degeneración de las células cerebrales que producen dopamina, la sustancia que

permite a las personas moverse normalmente. El informe también ignoró los resultados

de un estudio de campo realizado entre trabajadores de plantaciones bananeras de

Guatemala, y rechazó además los cálculos de modelos de exposición."

LAS ALTERNATIVAS.

Es importante sumarse a la campaña que empuja la Red de Acción en Plaguicidas y sus

Alternativas en México (RAPAM), en torno a los agroquímicos para lograr la

prohibición legal de estos productos. Estas campañas han tenido éxito en Costa Rica en

donde, gracias a la presión ciudadana, se logró que la transnacional Chiquita haya

suspendido el uso de paraquat en todas sus plantaciones bananeras. Otro ejemplo es

que el gobierno de Chiapas haya suspendido el uso de otro agroquímico, el lindano, en

el cuadro básico para la salud, aunque no es así todavía para fines agropecuarios y

veterinarios. Por otro lado, luego de 17 años de lucha por parte de los trabajadores de las

plantaciones de palma africana (o aceitera) de Malasia, plantación que también el

gobernador de Chiapas fomenta mucho en la entidad, lograron que el gobierno

prohibiera el paraquat en agosto del año 2002. Con Malasia suman ya 13 países que

han prohibido el paraquat para todos los usos, especialmente por razones de protección

de la salud, según registra Fernando Bejarano.

RAPAM confirma que "empresas privadas y organizaciones comercializadoras

internacionales se han unido a la campaña contra el paraquat. El mayor distribuidor

suizo Migros decidió no vender ningún producto elaborado con aceite de palma en cuyo

cultivo se haya utilizado paraquat, además de bananas. De igual manera, la importante

empresa suiza Volcafe no usa ya este herbicida en sus propias plantaciones de café. La

organización internacional de Comercio Justo decidió que todas las compañías

certificadas no usarán paraquat. De manera similar, el sello mundial del Consejo de

Manejo Forestal no se otorga si se ha usado paraquat en la explotación de los

bosques." Cabe señalar que en la Zona Costa de Chiapas se usa mucho este producto

para las mismas plantaciones de plátano y otros cultivos frutales.

Cada vez más en América Latina existen experiencias exitosas de producción orgánica

con altos rendimientos. Incluso se pone ahora en cuestión el uso de herbicidas naturales

u orgánicos que consisten en obtener plaguicidas con el uso de ajo, cebolla o chile, ya

que de igual modo arrasan con la biodiversidad y microecosistemas necesarios para

mantener la riqueza de la tierra y su alta productividad. En Colombia hay comunidades

que en lugar de atacar las plagas con agroquímicos o pesticidas naturales usan la

incorporación de más biodiversidad que equilibre los ecosistemas locales y que al

mismo tiempo combatan las plagas.

Las batallas se ganan en el campo. Ojalá que autoridades municipales, ejidales u

organizaciones lograran declararse "territorios liberados de agroquímicos y sus

trasnacionales".

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