viernes, 17 de septiembre de 2010

CONTROL QUÍMICO DE MALEZAS EN PASTURAS MIXTAS DEL NORTE DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Las especies espontáneas compiten por luz, agua, nutrientes y espacio y a veces ocasionan alelopatia y parasitismo. En pasturas perennes, destinadas a la producción de carne o leche, la evaluación del daño que puede ocasionar una maleza debe ser exhaustiva y con criterio diferente al de cultivos agrícolas.

MALEZAS EN LA IMPLANTACIÓN

En la etapa de implantación, la competencia ocasiona reducción en plantas logradas, menor acumulación y calidad de forraje, atraso en la época de aprovechamiento y disminución de la fijación de nitrógeno.

Si bien existen numerosas especies espontáneas que pueden acompañar a la pastura en el período de implantación, en principio existen diferencias en cuanto al perjuicio que le pueden ocasionar. Así, las especies espontáneas para el norte de la Provincia de Buenos Aires se pueden agrupar como sigue:

♦ De mediana importancia: se encuentran en los primeros 4-6 meses acompañando a la pastura, son de escaso porte, fructificación temprana y rápida cobertura del suelo. Entre estas se encuentran bolsita del pastor, mastuerzo, pensamiento y verónica.

♦ Importantes: se observan en el establecimiento de pasturas y si bien como aisladas su importancia puede ser relativa, cuando se presentan en forma abundante y en condiciones de alta fertilidad, cubren el suelo y reducen el número de plantas logradas de la pastura. En este grupo se pueden mencionar: perejilillo (o Bowlesia), caapiquí, ortiga mansa, raigrás anual.

♦ Importantes por su hábito y ciclo de crecimiento: son especies de largo ciclo de crecimiento con formas arrosetadas y postradas que provocan una alta cobertura del suelo. Con forma arrosetada se encuentran nabo, nabón, rúcula, apio cimarrón, lengua de vaca, cardo negro, cardo chileno, flor morada y manzanilla cimarrona y con forma postrada sanguinaria, enredadera anual y flor de pajarito.

♦ Ocasionales: especies no comunes que pueden ser grave problema cuando aparecen tales como chinchilla, mostacillas, ortiga verdadera, cardo asnal, cardo pendiente y manzanilla.

Se ha determinado que el período crítico de competencia por parte de las malezas se encuentra entre los 45 y 90 días. No obstante, debe hacerse una composición de lugar en base a los antecedentes del lote, especies presentes, grado de infestación, fertilidad, fecha de siembra, condiciones ambientales, época del año, etc. para determinar el tipo de control a implementar: cultural (preventivo), químico, mecánico o una combinación de ellos.



MALEZAS EN PASTURAS IMPLANTADAS

En pasturas ya establecidas, los principales daños se originan por reducción de la población de plantas forrajeras, disminución en la acumulación y calidad del forraje. Las especies espontáneas más frecuentes pueden dividirse en anuales y perennes. Entre las primeras las más frecuentes son cardo chileno y cardo negro. Entre las perennes tenemos: gramón, rama negra, cebollin, yuyo de San Vicente, vara de oro y senecios. Otro grupo puede ser el de especies poco comunes pero muy perjudiciales cuando se encuentran presentes como la chinchilla.

EL CONTROL INTEGRADO

Para mantener la pastura con un grado bajo de incidencia de malezas y productiva es preciso combinar prác-ticas culturales y control químico y mecánico. Dentro de las primeras, adquiere especial importancia la elección y el manejo del lote antes de la implantación de una pastura (típicamente, eliminar el gramón previó a la siembra de la misma). Posteriormente, todos aquellos factores que contribuyan a una rápida emergencia y crecimiento inicial de la misma favorecen la capacidad competitiva de la pastura hacia las especies espontáneas (época de siembra, calidad de la semilla, fertilización de arranque). Una vez establecida, la implementación de prácticas adecuadas de manejo del pastoreo y fertilización contribuyen a mantener la pastura en condiciones ventajosas respecto de las malezas.



CONTROL QUÍMICO EN PREEMERGENCIA

En los últimos años se ha difundido en la zona la alternativa del control químico preemergencia. Éste permite mantener la pastura limpia desde el arranque hasta unos 80 días desde la siembra. El producto utilizado es el Flumetsulam (n.c. Preside) que permite un control inicial de crucíferas, rama negra, caapiquí, manzanilla cimarrona y Anagallis. Este herbicida presenta buena tolerancia en la mayoría de las especies forrajeras (incluso Melilotus). Sin embargo, para trébol blanco se recomienda la aplicación de una dosis moderada. Otro producto es el diflufenicam (n.c. Brodal, Pelican) para el control de ortiga mansa y crucíferas, aunque puede reducir la emergencia de plántulas de la pastura.

CONTROL QUÍMICO EN POSTEMERGENCIA

Una vez emergida la pastura, existe una amplia gama de herbicidas, los que se seleccionan de acuerdo a la pastura y las malezas. Existe una serie de condiciones generales, que incluye:

1) El estado de desarrollo de las forrajeras (2-5 hojas trifoliadas en el caso de las leguminosas y comienzo del macollaje en las gramíneas),

2) Estado de desarrollo de las malezas (deben ser pequeñas, desde estado de cotiledón hasta 2-5 hojas o rosetas de 5-10 cm de diámetro) y,

3) Condiciones ambientales que favorezcan un crecimiento activo de las malezas (evitar aplicaciones en condiciones de estrés hídrico, baja luminosidad o temperaturas fuera del rango 12-30 °C).


LOS HERBICIDAS UTILIZADOS PARA EL CONTROL DE MALEZAS DE HOJA ANCHA EN PASTURAS POLIFÍTICAS SON:

♦ 2,4-DB (varias marcas), de acción sistémica y buena compatibilidad con otros herbicidas (bentazón, bromoxinil, flumetsulam, clorimurón). Permite el control de crucíferas, cardos y quinoa. Se presenta formulado como éster o como sal amina. En alfalfa en activo crecimiento, sin reposo invernal, la formulación como ester resulta fitotóxica, recomendándose la sal amina. Asimismo, esta última en mezcla con Bentazón ha mostrado buena selectividad en trébol rojo.

♦ Bentazón (n.c. Basagran, tool) es un herbicida de contacto, de buen control de bolsa del pastor, nabo, caapiquí y flor de pajarito. No es selectivo en lotus, melilotus y vicia. Se utiliza en mezclas con 2,4-DB, prometrina y bromoxinil.

♦ Bromoxinil (n.c. Brominal, Bromotril, Weedex) es de contacto, efectivo para el control de bolsa del pastor, poligonáceas (enredadera, sanguinaria, lengua de vaca), quinoa y senecio. Se debe aplicar con la maleza en estado pequeño. Permite el control parcial del perejilillo, una especie que ha causado problemas en la implantación en los últimos años y puede ser mezclado con otros productos (2,4-DB, Flumetsulam, Prometrina).

♦ Clopiralid (n.c. Lontrel) es de acción sistémica para el control de malezas en pasturas de gramíneas. En legu-minosas es selectivo solo para lotus. Controla poligonáceas, cerraja, cardos, rama negra, senecio, chinchilla.

♦ Clorimurón (n.c. Classic) es de acción sistémica. Permite controlar crucíferas, apio cimarrón, manzanilla, rama negra, flor morada y ortiga mansa. En mezcla con flumetsulam amplia el espectro de control a caapiquí y en mezcla con 2,4-DB a cardos y quinoa. No se recomienda su utilización en trébol rojo y lotus. En alfalfa provoca un retardo inicial del crecimiento que luego es superado.

♦ Diflufenicam (n.c. Brodal, Pelican) en mezclas con 2,4-DB, Bentazone y Flumetsulan permite el control de crucíferas, umbelíferas, poligonáceas, ortiga mansa, apio cimarrón, caapiquí y algunas compuestas (cardos, rama negra, cerraja, virá virá, peludilla). Debe aplicarse con las malezas en estado pequeño.

♦ Flumetsulam en aplicación postemergente: es efectivo para el control de crucíferas, caapiquí y rama negra. Generalmente se mezcla con otros herbicidas para mejorar el control de cardos (2,4-DB) y poligonáceas (bromoxinil). En mezcla con 2,4-DB no es selectivo en trébol rojo.

♦ Imazetapir (n.c. Pívot, Dinamaz) es de acción sistémica y residual recomendado en alfalfa para el control de crucíferas, flor morada, perejilllo, poligonáceas, caapiquí, umbelíferas, chinchilla y amor seco.

♦ MCPA (varias marcas) es de acción sistémica para el control de malezas en pasturas de gramíneas. En trébol rojo ha mostrado mayor selectividad que el 2,4-DB, aunque no se recomienda su uso en alfalfa en implantación.

♦ Prometrina (n.c. Gesagard 50, Prometrex 50 FW): de acción sistémica y residual generalmente se utiliza en mezclas con 2,4-DB para el control de caapiqui, ortiga mansa, rama negra, apio cimarrón, quinoa, verónica, manzanilla y flor de pajarito. Cuando se mezcla con bromoxinil amplia su espectro de control a poligonáceas y algunas crucíferas mientras con bentazón mejora el control de estas últimas. No se recomienda cuando en la pastura hay lotus spp, raigrás anual o tréboles de olor.

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