domingo, 19 de septiembre de 2010

cultivo de rosas

Las flores se presenta en una amplia gama de colores: rojo, blanco, rosa, amarillo, lavanda, etc., con diversos matices y sombras. Éstas nacen en tallos espinosos y verticales.
MULTIPLICACIÓN : La propagación se puede llevar a cabo por semillas, estacas, injertos de vareta e injertos de yema, aunque es este último el método más empleado a nivel comercial.
La reproducción por semillas está limitada a la obtención de nuevos cultivares.Las estacas se seleccionan a partir de vástagos florales a los que se le ha permitido el desarrollo completo de la flor para asegurar que el brote productor de flores es del tipo verdadero. Además, los brotes sin flor son menos vigorosos, por lo que poseen menos reservas para el enraizamiento.
Pueden utilizarse estacas con 1, 2 ó 3 yemas, dependiendo de la disponibilidad de material vegetal, aunque son preferibles las de 3 yemas, ya que presentan mayor longitud y más tejido nodal en la base, disminuyendo así las pérdidas debidas a enfermedades.
La base de las estacas se sumerge en un compuesto a base de hormonas enraizarte antes de proceder a la colocación en un banco de propagación con sustrato de vermiculita o con propiedades similares, con una separación de 2,5-4,0 cm entre plantas y 7,5 cm entre hileras.
Debe mantenerse una humedad adecuada y una temperatura en el medio de 18-21 ºC. En estas condiciones el enraizamiento tiene lugar a las 5-6 semanas, dependiendo de la época del año y de la naturaleza del vástago. Posteriormente se procede al trasplante a macetas de 7,5 cm o directamente al invernadero.
El problema de este sistema es que las plantas con raíz propia son bastante pequeñas y necesitan un tiempo considerable para que la planta crezca lo suficiente para que se comiencen a recolectar flores.
El injerto de vareta o injerto inglés, rara vez se utiliza para la producción comercial de flor de corte, ya que también requiere demasiado tiempo.
Para el injerto de yema el patrón más común es Rosa manetti y, ocasionalmente, R. odorata. En Nueva Zelanda se emplea R. multiflora inermis y en zonas más frías como Holanda, R. canina.
CULTIVO


Con el cultivo de rosa bajo invernadero se consigue producir flor en épocas y lugares en los que de otra forma no sería posible, consiguiendo los mejores precios. Para ello, estos invernaderos deben cumplir unas condiciones mínimas: la transmisión de luz debe ser adecuada, la altura tiene que ser considerable y la ventilación en los meses calurosos debe de ser buena. Además, es recomendable la calefacción durante el invierno, junto con la instalación de mantas térmicas para la conservación del calor durante la noche.

PREPARACIÓN DEL SUELO

Para el cultivo de rosas el suelo debe estar bien drenado y aireado para evitar encharcamientos, por lo que los suelos que no cumplan estas condiciones deben mejorarse en este sentido, pudiendo emplear diversos materiales orgánicos.
Las rosas toleran un suelo ácido, aunque el pH debe mantenerse en torno a 6. No toleran elevados niveles de calcio, desarrollándose rápidamente las clorosis debido al exceso de este elemento. Tampoco soportan elevados niveles de sales solubles, recomendándose no superar el 0,15 %.
La desinfección del suelo puede llevarse a cabo con calor u otro tratamiento que cubra las exigencias del cultivo. En caso de realizarse fertilización de fondo, es necesario un análisis de suelo previo.

TEMPERATURA

Para la mayoría de los cultivares de rosa, las temperaturas óptimas de crecimiento son de 17 ºC a 25 ºC, con una mínima de 15 ºC durante la noche y una máxima de 28 ºC durante el día. Pueden mantenerse valores ligeramente inferiores o superiores durante períodos relativamente cortos sin que se produzcan serios daños, pero una temperatura nocturna continuamente por debajo de 15 ºC retrasa el crecimiento de la planta, produce flores con gran número de pétalos y deformes, en el caso de que abran. Temperaturas excesivamente elevadas también dañan la producción, apareciendo flores más pequeñas de lo normal, con escasos pétalos y de color más cálido.
PLAGAS Y ENFERMEDADES


PLAGAS
La araña roja (Tetranychus urticae) es la plaga más grave en cultivo de rosal ya que la infestación se produce muy rápidamente y puede producir daños considerables antes de que se reconozca. Inicialmente las plantas afectadas presentan un punteado o manchas finas blanco-amarillentas en las hojas, posteriormente aparecen telarañas en el envés y finalmente se produce la caída de las hojas. Su control puede llevarse a cabo con la suelta de Phytoseiulus en los primeros estadios de infestación. Los tratamientos con acaricidas como dicofol, propargita, etc, dan buenos resultados.
El pulgón Macrosiphum rosae ataca a los vástagos jóvenes o a las yemas florales, que posteriormente muestran manchas descoloridas hundidas en los pétalos posteriores. Pueden emplearse para su control específico los piretroides.


Los thrips se introducen en los botones florales cerrados y se desarrollan entre los pétalos y en los ápices de los vástagos. Esto da lugar a deformaciones en las flores que además muestran listas generalmente de color blanco debido a daños en el tejido por la alimentación de los trips. Para el control químico son convenientes las pulverizaciones, de forma que la materia activa penetre en las yemas.
Las hojas se van curvando alrededor de las orugas de insectos enrolladores de hojas, conforme se van alimentando. Son efectivos los tratamientos con acefato, diazinon o resmetrina.
ENFERMEDADES

Mildiu velloso o tizón (Peronospora sparsa). Se desarrolla favorablemente bajo condiciones de elevada humedad y temperatura, dando lugar a la aparición de manchas irregulares de color marrón o púrpura sobre el haz de las hojas pecíolos y tallos, en las zonas de crecimiento activo. En el envés de las hojas pueden verse los cuerpos fructíferos del hongo, apareciendo pequeñas áreas grisáceas. Para su control se han aplicado de forma efectiva pulverizaciones con zineb, triforina y metalaxil. Este último también puede aplicarse al suelo.
Mildiu polvoriento (Sphaerotheca pannosa). Es una de las enfermedades más importantes que se desarrolla sobre flores, tallo y hojas jóvenes, apareciendo el micelio de color blanco-grisáceo. Le favorecen las condiciones ambientales cálidas y secas. Para prevenir esta enfermedad deben regarse adecuadamente las plantas para que no sufran déficit hídrico y son convenientes los tratamientos rutinarios con fungicidas tales como triadimefon, triforina y otros antimildiu.
Roya (Phragmidium disciflorum). Se caracteriza por la aparición de pústulas de color naranja en el envés de las hojas. Suele aparecer en zonas donde se localiza la humedad, por lo que es conveniente controlar las condiciones ambientales así como realizar pulverizaciones con triforina, benadonil, zineb, etc.Moho gris o botrytis (agente causal Botrytis cinerea). Su desarrollo se ve favorecido por las bajas temperaturas y elevada humedad relativa, dando lugar a la aparición de un crecimiento fúngico gris sobre cualquier zona de crecimiento, flores, etc. Asimismo hay que cuidar las posibles heridas originadas en las operaciones de poda, ya que son fácilmente conquistadas por el patógeno. Por tanto, para el control de la enfermedad resultan de gran importancia las prácticas preventivas, manteniendo la limpieza del invernadero, con la eliminación de plantas o partes enfermas y realizando tratamientos con fungicidas a base de benomilo y zineb.

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